jueves, 19 de noviembre de 2015

PREPARADOS, LISTOS...¡A VOTAR!

Queda apenas un mes para las elecciones generales de nuestro país, y los principales partidos ya están calentando motores y preparados para la carrera democrática que vamos a vivir en breves.

Por la derecha está claro quién, el Partido Popular de Mariano Rajoy sigue siendo el favorito de la población española más conservadora, mientras su líder sigue buscando la nacionalidad europea; los niños buenos de Ciudadanos parecen estar en medio del fuego cruzado y no terminan de decidirse por qué lado decantarse públicamente, pero muchos ya les ven más cercanos al PP que a cualquier otro partido pero queriendo mantener su imagen de partido diferente y nuevo. Ahora bien, si viramos hacia la izquierda encontramos un panorama muy distinto, en el que los principales grupos políticos no acaban por definirse bien y se centran más en enfrentarse a sus rivales de izquierda que en organizarse adecuadamente.
La izquierda española está dividida. El ya clásico Partido Socialista Obrero Español y su atractivo (reconozcámoslo) líder Pedro Sánchez se alejan poco a poco del socialismo, consiguen mantenerse como una de las primeras fuerzas y conservar su posición dentro de un bipartidismo que parecía desaparecer pero que puede que aún nos dé para otro asalto. Izquierda Unida ha conseguido un líder que aparenta estar formado y ser capaz de ejercer adecuadamente, joven y con visión, en el peor momento del partido y tras el primer jarro de agua fría que recibieron en las autonómicas catalanas. Y como no, el temido Podemos; ese partido que surgió de la Puerta del Sol y que nos sorprendió debido a la fuerza con la que empezó y plantó cara a los partidos grandes. Hasta Pablo Iglesias ha cambiado lo que originalmente parecía que iba a ser este "por y para el pueblo" de colores violetas.
Cualquier democracia necesita de todas las posturas políticas, y la Transición española es ejemplo de ello. Las diferencias que los partidos de izquierda tienen no hacen más que complicar una victoria frente a las fuerzas de derecha que, aun teniendo sus problemas internos, parecen imitar al mítico barco de Chanquete y se aferran al poder cuanto pueden. Cada partido, como ya va siendo típico de la política española, acaba por buscar nada más que su bien propio y su beneficio, ganar las elecciones como sea y luego ya se verá, quitar lo que pusieron los que son contrarios a mí sea bueno o malo...y así sigue la cosa.
Soy de la opinión de que algo hay que hacer con nuestro país y especialmente con sus dirigentes, que al fin y al cabo son los que pueden decidir de verdad. Ya va siendo hora de que se renueve plantilla, que los cargos que llevan demasiados años en los partidos y solo buscan mantener el cargo y su posición pierdan el control que ahora poseen y aparezca gente (sea de derecha o de izquierda) que realmente estén en política por vocación y para buscar lo mejor para su gente; un verdadero hombre del pueblo que no tire de amiguismos ni defienda al que paga su buena vida a costa de lo que no le pertenece.

No soy un gran fan de la política española por muchos aspectos, pero aún conservo cierta esperanza en que podamos hacer las cosas bien. Confiemos en que el 20D sea el comienzo de lo que tantos queremos ver: el cambio para bien.

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